Autor: German Masís Morales.
La feria de la cebolla de Santa Ana es una de las ferias que se ha posicionado año con año en el calendario de ferias agroturísticas del país. Ubicada frente a la bella iglesia de piedra de Santa Ana y frente a la plaza de deportes atrae a una buena cantidad de visitantes de toda la Gran Area Metropolitana.
Esta feria, cada mes de marzo ofrece a los visitantes una buena cantidad de cebolla blanca y morada sobretodo en su presentación tradicional en trenza, convirtiéndose posiblemente en la feria que concentra su venta casi exclusivamente en su producto principal: la cebolla en fresco.
En la edición de este año, más de 22 puestos de venta de cebolla seca, competían por presentar una cebolla de buen tamaño y buena apariencia, que en pocos casos vendían además de cebolla ajos, ayote y naranja y sólo en un par de lugares cebolla procesada tipo chilera o en encurtido.
Junto a los puestos de venta de cebolla, se encuentran una buena cantidad de espacios de venta de artesanías, ropa, plantas y muchos lugares de venta de comidas tradicionales y comidas rápidas. Además de que comparte el espacio cercano con la feria del agricultor, la feria de la cebolla es como una gran fiesta comunal, que incluye actividades culturales y música, que alegra la estadía en ese caluroso cantón josefino.
Es probablemente la más urbana de las ferias agroturísticas, por su ubicación en pleno centro de Santa Ana, rodeada de comercios, oficinas bancarias y servicios. No obstante, es el espacio de encuentro de un grupo de productores de Salitral, la parte alta y zona rural de Santa Ana, los mayores proveedores de cebolla veranera del país.
Según uno de los productores, la feria representa la posibilidad de colocar una parte importante de la producción entre consumidores directos que llegan a buscar cebolla de calidad a un buen precio y adquirir cantidades que guardan para los meses siguientes.
Es una de las ferias mejor patrocinadas por empresas de la zona y por instituciones del sector agropecuario (incluso mantas ubicadas en la sede central Ministerio de Agricultura) lo que muestra un buen esfuerzo organizativo de los grupos de productores y del Centro Agrícola de Santa Ana.
Algunos de los visitantes indicaban que ir a la feria de la cebolla es un paseo veraniego que las familias efectúan para comprar una calidad de cebolla, que por lo general no se consume en los mercados y ferias convencionales.
Por la importancia que tiene, sería bueno que la feria estimule una mayor preparación y venta de productos procesados y comidas a partir de la cebolla, para que sea una feria de la cebolla no sólo en fresco, que recupere los diversos usos agroindustriales y culinarios de una de las hortalizas y condimentos más utilizados por la población.
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