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15 de noviembre de 2015

V Foro Centroamericano de Agroindustria


El Foro Centroamericano de Agroindustria, es una iniciativa de universidades centroamericanas que imparten carreras relacionadas con la agroindustria, que buscan crear alianzas que permitan el intercambio de conocimientos y experiencias exitosas entre los diferentes actores de la cadena agroindustrial. Desde 2009 se ha logrado organizar cinco eventos en El Salvador, Nicaragua (2 ediciones) y Honduras. 

La quinta edición, celebrada en Santiago de Veraguas, Panamá, fue organizada por la Universidad Tecnológica de ese país entre el 14 y 16 de octubre, con la colaboración de FAO, MIDA, SENACYT y REDAR, entre otras instituciones. La Red de Agroindustria Rural (REDAR) es ejemplo de una Red que se ha mantenido en funcionamiento desde hace 22 años y surgió producto de un proyecto del Programa de Desarrollo Agroindustrial Rural (PRODAR) del IICA. A pesar del cierre administrativo del PRODAR en el IICA las acciones de cooperación en el tema se han mantenido, especialmente en la participación de especialistas en eventos y cursos de capacitación.

Bajo el lema "Innovación, productividad y competitividad, herramientas claves para el desarrollo de la agroindustria en Centroamérica", el foro convocó a delegaciones de estudiantes y profesores de universidades de Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, así como empresarios agroindustriales.  Entre los ponentes, participamos Francois Boucher de IICA-México, Gerardo Escudero, representante de IICA en Panamá, su servidor Marvin Blanco de IICA-Sede Central, Pilar Santacoloma, de la Oficina sub-regional de FAO; además de varios especialistas panameños y centroamericanos. 

En forma paralela se realizó una feria de productos agroindustriales y servicios de apoyo.

Más información: http://vforo-agroindustria.utp.ac.pa/

22 de octubre de 2015

SIAL de las queserías de Turrialba, Costa Rica

Con cierta frecuencia visitamos Santa Cruz de Turrialba para verificar los cambios en el SIAL quesero y conocer los proyectos en marcha. Mi contacto es siempre Carlos Víctor Gómez, pequeño productor, técnico zootecnista, comerciante, dirigente comunal y actualmente presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios (ASOPROA).  Esta vez (9 de setiembre de 2015) el motivo de la visita fue para que el subdirector general del IICA Mr. Lloyd Day conociera en la práctica como funciona un SIAL, en preparación de una conferencia que debe presentar en octubre en la Université Laval  (Colloque «Les systèmes territorialisés, source de diversité et outils d'intégration et de compétitivité»).

En la coordinación de la visita me informó Carlos Víctor que el punto de reunión sería en la nueva sede de ASOPROA, un antiguo restaurante que compraron y remodelaron. Ahora cuentan con mayor espacio para atención al público, sala de reuniones y venta de queso de los productores en proceso de certificación de la “DO Queso Turrialba”. El proceso de implementación del sello de DO va un poco lento, por una parte, por el tema administrativo a cumplimentar, las apelaciones de la empresa Dos Pinos, renuentes a dejar de usar la denominación “queso tipo Turrialba” y por las mejoras prácticas de manufactura que deben implementar los productores.

El programa de visitas que preparó Carlos incluyó dos queseras artesanales y dos semi-industriales (link a video de una de las queseras), para que el Sr Lloyd tuviera el panorama completo del desarrollo quesero en el territorio, que dice Carlos abarca 9000 Ha y cerca de 200 plantas de queso. Se pudo constatar que las queseras artesanales están estancadas, con muy pocas mejoras en las instalaciones de la lechería y la quesera, aunque si han comenzado a elaborar otros tipos de queso (maduros y con especias), además de yogurt. En cambio, en las semi-industriales son evidentes las mejoras en instalaciones, introducción de equipos de acero inoxidable y gestión de la calidad. Estas plantas, de las cuales hay unas 10, elaboran una mayor variedad de quesos, yogurt y hasta helados.

Otro tema del que informó Carlos fue que la Feria del Queso se realizó este año fuera del territorio (Campo Ayala en Cartago), debido a que no se ha levantado la alerta de emergencia por la actividad del volcán Turrialba. En todo caso la feria fue todo un éxito de visitación y de ventas. 

También, resultó interesante conocer sobre las rutas de comercialización del queso. Cada productor comercializa en forma individual, en las ferias del agricultor, pulperías y supermercados de la Gran Área Metropolitana. En el caso de Carlos, se ha especializado en las ventas institucionales (una vez por semana) y casas particulares, de la cual tiene una cartera de cerca de 200 clientes, a quienes además de queso, les vende natilla, yogurt, tortillas y pan.


Desde el IICA no tenemos actualmente proyectos en la zona, pero siempre tratamos de apoyar, facilitaninformación y contactos. Al subdirector, seguramente le quedó bastante claro el concepto de SIAL y también los problemas que enfrentan diariamente los pequeños productores por competir en estas economías cada vez más globalizadas.
Autor: Marvin Blanco M.

12 de septiembre de 2015

Feria Nacional del Café

Marvin Blanco M.   La Feria Nacional del Café se realizó los pasados 4, 5 y 6 de setiembre en la antigua aduana. Después de ver muchas ferias mal organizadas y sin un objetivo claro, me dio gusto visitar esta feria.

Había representación de todas las zonas cafeteras del país donde los productores orgullosamente mostraron su café y los avances logrados en la producción de cafés finos y la innovación tecnológica en formas diferenciadas de beneficiado; especialmente me gustaron los campeonatos de catación y barismo, el tour virtual y la degustación de café de las 8 zonas productoras del país. También, había algunos productos elaborados con café, tales como panes, mermeladas, salsas y artesanías.

La aduana es sin duda un lugar adecuado para este tipo de ferias, por su ubicación céntrica y por el espacio y la arquitectura del edificio. Fui el sábado al mediodía y no había tanta gente, el domingo me comentaron que había mucha, tal vez demasiada para quienes realmente estaban interesados en comprar y conocer detalles sobre los tipos de cafés.

Como innovaciones, destacar el café en presentación para infusiones, los cafés fríos (aunque solo para tomar en el lugar) y algunos panes y mermeladas. Considero que faltó oferta de este tipo de productos y sobre todo que los productos tengan sabor genuino a café.

Café orgánico, gourmet y de calidad tradicional, había para todos los gustos, sin embargo pocos fuimos  los visitantes que compramos, la mayoría solo van a tomar café gratis.

Como punto alto destaco, el tour virtual de café, ilustrado con posters de gran calidad (adjunto fotos). La zona de comidas también me pareció ordenada, aunque por falta de tiempo no verifiqué la oferta de productos.

Entre las recomendaciones para mejorar la feria, estaría el cobrar, aunque sea una cuota mínima como medida para seleccionar los visitantes que realmente están interesados en la temática; entregar una bolsa a la entrada para inducir la compra; ubicar a los expositores por zonas de producción; ampliar la oferta de souvenirs (camisetas, gorras, posters, jarras, delantales, chorreadores, esculturas con madera de café, llaveros...). También habría que regular el tema del estacionamiento para evitar los abusos en el cobro por parte de guachimanes sin autorización alguna para cobrar.

Espero que se siga repitiendo esta feria nacional del café, la cual sin duda representa una parte muy importante de la cultura costarricense.

17 de julio de 2015

La Feria del Queso Turrialba en el Campo Ayala: éxito comercial, pero pérdida de identidad

German Masís, julio 2015

La Feria del Queso Turrialba que se realizó este año en el Campo Ayala, en Paraíso de Cartago, por razones del riesgo de una erupción del volcán Turrialba, estuvo muy concurrida y con una buena divulgación.

El campo Ayala, es un lugar de exposiciones ganaderas y actividades taurinas, muy extenso y de una gran tradición en la provincia de Cartago, el cual se ha utilizado también para fiestas de colegios y universidades.

Su escogencia por parte de los organizadores de la feria del Queso, fue estratégica, por tratarse de un lugar muy conocido y que dispone de una amplia zona de parqueo, a la postre una limitación que siempre han señalado los dirigentes cuando la feria se ha efectuado en la comunidad de Santa Cruz y zonas aledañas. En las instalaciones del campo, ubicadas al fondo del inmueble, regularmente áreas de establos y redondel, se organizó la feria distribuida por sectores de ventas de comidas a la entrada, luego artesanías en un módulo a la derecha, puestos de comidas y hacia la izquierda en el área de exhibiciones ganaderas, se ubicaron los puestos de las queserías y productos derivados.

Había 10 puestos de presentación y venta de quesos, entre ellos algunas de las pequeñas empresas y plantas semi-industriales de quesos más conocidas de Santa Cruz, como Las Virtudes, el Torito y Montelimar, una quesera artesanal y el puesto de la organización ASOPROA, organizadora de la feria y que ahora está vendiendo también quesos de sus asociados. Entre los productos ofrecidos en los puestos, se podía encontrar además del queso tierno y la natilla, típicas de Santa Cruz, quesos semiduros, maduros, quesos con especias, yogurt, rompope, mantequilla, leche agria y chicharrones.
En los puestos de venta de comidas, se ofrecían tortillas con queso, empanadas y biscochos, refrescos de varios sabores en leche, arroz con leche y entre las comidas casados y platillos tradicionales que incluían queso fresco o cocinado.

Tomando en cuenta la participación de productores y queserías de Santa Cruz, probablemente la presencia fue escasa de acuerdo al número de plantas y sobretodo queserías artesanales, así como relativamente limitada la participación de personas de la localidad, en la organización, en la venta de productos y comidas y en la disposición de servicios, como parqueo y otros.   La venta de artesanías y productos diversos generalmente ha estado en manos de comerciantes ajenos a esa comunidad del norte de Turrialba.

Es evidente, que exista la disyuntiva de hacer la feria del queso, en Santa Cruz con alta participación de productores y pobladores del lugar y mantener su identidad agroturística, o organizarla en otro lugar (Turrialba Centro o ahora Cartago), que por su ubicación y área de parqueo, constituya un éxito comercial para los organizadores y para el grupo de queserías que logren intervenir en la feria.

26 de mayo de 2015

La Feria del Aguacate en Esparza

Por German Masís Morales

Solo llegar a San Jerónimo de Esparza, era un desafío para quienes desde el Valle Central nos motivamos con la Feria del Aguacate, promocionada por algunos medios de comunicación.
Presentía que se trataba de una comunidad que había conocido hace 20 años, durante un viaje típico de un equipo de futbol que había aceptado un encuentro deportivo  en un pueblo desconocido del Pacífico Central.

En efecto, por referencias de gente de la zona, supimos que la feria se ubicaba en el sector de Macacona, en el cruce del antiguo restaurante de Parmenio  6 km. al norte, pasando el puente sobre el río Barranca, por cierto bastante seco. La feria estaría situada en aquel poblado que había conocido muchos años atrás por los motivos futboleros.

Llegando al lugar, entre grandes extensiones de potrero dedicadas a la ganadería, en uno de ellos divisamos algunos ranchos y cobertores que se terminaban de instalar  y al lado un amplio parqueo que ofrecía seguridad a los vehículos de quienes nos acercábamos sigilosos tratando de confirmar si ahí era la feria anunciada.

Apenas ingresar, unos enormes aguacates colgando y muchos otros en un recipiente de madera, nos anunciaban que estábamos en la feria de los aguacates criollos del mayor tamaño que habíamos conocido y que también vendían arbolitos del mismo cultivo, por si queríamos experimentar con éstos en otras zonas del país.

En realidad, sólo había dos puestos dedicados a la venta de los aguacates locales y una de ellas, también vendía otras frutas como mangos y naranjas de la zona (fuimos el primer día de la feria).  En cuanto a los demás puestos, uno estaba destinado a la venta de mermeladas de papaya de un grupo de mujeres de una comunidad cercana, otro a la venta de miel de abeja tradicional y abono orgánico de una organización ambientalista de la zona y los demás ofrecían comidas, bebidas o artesanías, amenizados por una alegre música en un lugar dedicado a presentaciones musicales durante el fin de semana.

Pudimos comprobar que la feria fue impulsada por la Cooperativa de Productores Agropecuarios de San Jerónimo, conformada por pequeños agricultores, con el apoyo del Centro Agrícola Cantonal de Esparza, e instituciones y empresas ubicadas en el cantón.

Este grupo de productores ganaderos y agrícolas de la comunidad de San Jerónimo, producen diversas frutales del Pacífico, pero consideran que el aguacate que cultivan es único y especial por su tamaño y calidad, lo que le asigna un gran potencial en el mercado nacional.

Se trata de la primera edición de una pequeña feria agroturística en una comunidad muy rural, que los productores de la zona pretenden poner en el escenario nacional, así como a su producto estrella “el aguacate” de una variedad criolla de gran tamaño.

Esta primera versión de la feria del aguacate en San Jerónimo, podría proyectarse como una actividad importante en la caliente y tranquila zona de Esparza, solo requiere agregarle productos complementarios, comidas elaborados a partir del aguacate e información que destaque sus bondades alimenticias. Importante también colocar señalización en las distintas vías de acceso a Esparza y específicamente a San Jerónimo.

28 de abril de 2015

Feria del Gustico Costarricense 2015

Por German Masís M. y Marvin Blanco M.

La cuarta edición de la Feria del Gustico Costarricense, se realizó entre el 17 y 19 de abril en la Antigua Aduana, convocando  cerca de 300 pequeñas empresas,  bajo el slogan ¡Lo mejor de nuestro mundo Rural¡. Esta feria, inspirada en la Expomundo Rural de Chile, puede considerarse la reina de las ferias agroalimentarias del país, por el tamaño, la gran cantidad de público que asiste y por celebrarse en la capital.

Organizada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Sector Agroalimentario, además del ICT, el INA, el INAMU y el Ministerio de Cultura, la feria incluyó una atractiva exposición y venta de productos agroindustriales, artesanales y de servicios de turismo rural, junto a actividades gastronómicas, actividades culturales y de entretenimiento para  adultos y niños.

En los stands de la feria, se pudo degustar y comprar productos de la agroindustria rural, como café Triple A de la Asociación de Productores Agropecuarios de Acosta y Aserrí, café Cerro Biolley elaborado por la Asociación de Mujeres Asomobi, dulce granulado La Pailita de la Familia Alpízar de Jaris de Mora o miel de abeja  Dulcenina de la Familia Vargas de Tabarcia de Mora.  También chocolates  de la Asociación de Mujeres Amazilia del Caribe de Guácimo, vinos Don Julián de Pérez Zeledón y mermeladas de frutas, del grupo Ambrosía de Cañas, Guanacaste.

Los quesos no faltaron y se pudo degustar los quesos Muva de Los Chiles, así como otros quesos procesados y maduros, además de productos congelados Doña Grace, de Santiago de Paraíso. En panificación y repostería, las tradicionales rosquillas Zoraida de productoras de Filadelfia, Guanacaste o productos diversos de Panadería María Auxiliadora de Pacayas de Cartago.

Junto a la oferta de agroindustria rural, se presentaron productos de agroindustria urbana , como las mermeladas de frutas J y M ubicada en Calle Blancos, panificación Fargo, de la empresa Konig de Barrio México, repostería Jomar, de la empresa Geback, ubicada en Ochomogo y hasta las tradicionales jaleas Tricopilia de San José.

Además, de los productos alimentarios estuvieron presentes  pequeñas empresas que elaboran cosméticos y productos para la salud, así como productos de la artesanía en madera, cerámica y cabuya. Igualmente, fue abundante la oferta de comidas típicas.

Entre la oferta de turismo rural, se encontraron ofertas  como el ya tradicional Nacientes Palmichal en Acosta,  Colinas Verdes de Zapotal de Miramar de Montes de Oro y Las Hornillas en la Fortuna de Bagaces, Guanacaste, entre otras. En general, se observó mucho café, salsas y encurtidos, poca diferenciación y solo algunos  productos novedosos; asimismo, la oferta turística fue escasa y poco atractiva en cuanto a la información entregada.

La Feria del Gustico, es probablemente una muestra de los productos agroindustriales y los servicios turísticos rurales que las organizaciones y microempresas elaboran y ofrecen en todo el país.  Es una iniciativa valiosa de gran afluencia, que podría incluir una cantidad mayor de productos de la agroindustria rural, así como de comidas y recetas tradicionales muy apreciadas por los asistentes del área metropolitana del país. Se debería limitar la participación de empresas con productos ya establecidos en los mercados.

Es evidente el éxito de esta feria pero el recinto se quedó pequeño para esta feria y los organizadores deberán pensar en estrategias para manejar tanto público, porque es hasta peligroso concentrar tanta gente en un lugar cerrado.  Se podría, por ejemplo, extender la feria por dos semanas, cobrar una cuota módica o trasladarse a una calle o campo ferial.  También, se podrían incluir más actividades simultáneas que permitan distribuir los visitantes de modo que mientras unos estén comprando otros están observando espectáculos o exposiciones.

30 de marzo de 2015

La feria de las frutas en Orotina

 Autor: Marvin Blanco M,
Aprovechando un paseo familiar a la playa (Jacó)  pasamos a la feria de las frutas de Orotina, evento dedicado a la promoción y comercialización de la  amplia oferta de frutas que se cultivan en el cantón alajuelense y alrededores, entre ellos: sandía, melón, marañón, aguacate, mango, guanábana, papaya, guaba, zapote, caimito, guinda, níspero, piña, mandarina, naranja, pejibaye y granadilla.

La feria, que llegó este año a su edición 18, es organizada por la Cámara de Comercio, Industria, Turismo y Afines de Orotina y se realiza en el campo ferial, un espacio amplio con instalaciones bajo techo muy apropiadas para resguardar a los visitantes del fuerte calor que hace durante el mes de marzo.

Al recinto ferial llegamos preguntando a varias personas pues no había ningún tipo de señalización ni promoción de la feria en la calles de acceso a Orotina. Al llegar al portón de entrada se nos indicó que adentro no había más espacio para parqueo por cuanto había que dejar el vehículo afuera sobre la carretera, cosa que no nos extrañó pues es la misma situación en la mayoría de los eventos de este tipo que se organizan en el país. Caminamos pues hasta el sitio de la feria y nos encontramos un espacio muy amplio con áreas para parqueo, competencia de rally, juegos mecánicos, área de comidas, área de venta de frutas, pista de baile y muchos puestos de venta de baratijas. En general, el ambiente era bonito, más parecido a unas fiestas populares que a una feria agroturística, que es como se promocionan estas actividades en la prensa y televisión.

El área de venta de frutas (el objetivo de la visita) se localizaba en un área bajo techo, bastante amplia con puestos de venta de frutas alrededor del perímetro y centro del local, la mayoría más bien sencillos, sin mayor atractivo. La variedad de frutas exhibía era amplia y los precios similares a los de las ferias del agricultor (el precio no es un factor decisivo en la compra por parte de los visitantes de estas ferias), no obstante el hecho de que se tuvo que dejar el vehículo a 500 metros, le hace pensar a uno si compra o no una sandía de 6 Kg.

Entre los productos procesados, estaban los tradicionales: banano pasa, semilla de marañón, conserva de marañón (de muy buena calidad), cajetas de coco y leche, tamarindo y miel de abeja. Mención aparte merecen los helados de mango, muy demandados por los visitantes, por lo atractivos y para refrescarse. También se ofrecía pipa fría y batidos de frutas. En otro sector había venta de artesanías, aunque había pocos puestos y de poco atractivo.

Evaluación de la feria: el evento se ubica en un lugar apropiado con instalaciones amplias y adecuadas. Más que una feria agroturística se puede considerar un turno popular donde las frutas no son el atractivo principal, le falta promoción, mejor decoración de los puestos, concursos, degustación de frutas y una mayor oferta de productos procesados y platos a base de frutas.  La ausencia de señalización, mantas y afiches, impiden captar una mayor cantidad de visitantes (compradores de frutas), especialmente parte del flujo turístico hacia las playas de Jacó y Puntarenas. Los atractivos complementarios (rally, juegos mecánicos, paseos en helicóptero, baile popular) son un buen complemento de la feria, aunque hace falta una mayor integración, para que no se vean como actividades independientes.


Las ventas de baratijas, seguramente contribuyen a la captación de recursos, pero no tienen ningún atractivo y no se deberían tener lugar en una feria agroalimentaria, mismo comentario aplica para las frutas importadas (manzanas, uvas, duraznos y ciruelas). Respecto al área de parqueo, se requiere una mejor gestión, porque disponiendo de tanto espacio no se justifica limitar el acceso al campo ferial, obligando a los visitantes a caminar con la carga de frutas compradas.

El balance de la visita a la feria de las frutas es positivo, aunque esperaba más de esta feria puesto que ya tiene 18 ediciones; los organizadores deberían reorientarla hacia una verdadera feria agroalimentaria, turística y artesanal, donde las frutas, las comidas típicas  y otras muestras de la cultura local sean las protagonistas del evento, mientras las demás atracciones deben girar a su alrededor como elementos que complementan  el programa de actividades. 

24 de marzo de 2015

Feria de la fresa de Varablanca: mucha gente, pocas fresas

Autor: German Masís M.

La feria de la fresa, era en Varablanca, no en Fraijanes como creíamos.  Subiendo por la ruta de Alajuela, llegamos finalmente a Fraijanes, creyendo que la feria era en ese lugar, porque en otras visitas a la zona, asociamos ese lugar con las fresas, por lo del Tour de las fresas; el restaurante Fredofresas y porque siempre compramos fresas a lo largo de la carretera que conecta Fraijanes con Poasito.

Recorrimos toda la distancia entre estas dos comunidades buscando un rótulo que nos indicara adonde era la feria, hasta que en la intersección con el volcán Poás nos aclararon que la feria era en Varablanca e iniciamos el lento recorrido hacia ese lugar, lo cual fue muy complicado por la gran cantidad de vehículos que iba y venían en la estrecha carretera que las une.


Luego de casi una hora llegamos al cruce de Varablanca y a partir de ahí comenzó el difícil acceso hacia esta comunidad, saturado de vehículos a ambos lados de la carretera, que sólo el deseo de llegar a la feria, nos hacía tratar de avanzar.

Finalmente bajamos más de 2 km y divisamos a la distancia el lugar de la feria, no sin grandes dificultades para conseguir un parqueo cerca de la misma.  Por fín estuvimos frente a la iglesia de Varablanca, donde había una manta que indicaba la entrada a la actividad. Ya en la feria, en medio de una gran concurrencia de gente que buscaba afanosa los lugares de venta de fresas y de la música ranchera que se escuchaba, tratamos de sobrepasar las filas de personas tratando de comprar comida en los lugares frontales de la feria.

Durante el recorrido por el interior de la feria de la fresa, constituido por una gran cantidad de lugares de venta de ropa, bisutería, artesanías y hasta utensilios de cocina, pudimos ubicar 3 lugares de venta de fresa en fresco y dos lugares de venta de jaleas y mermeladas de fresa (una de ellas de Alajuela), que junto a un lugar de venta de queso fresco, daban cuenta que se trataba de una feria ligada a la fresa y a la zona.   Al fondo algunos juegos mecánicos que completaban el panorama de una gran fiesta o turno comunal.

De regreso a la carretera principal de Varablanca, oíamos los comentarios de personas que habían caminado desde el cruce adonde habían dejado su automóvil por la dificultad para llegar en él hasta la actividad, que no había valido la pena caminar tanto en, porque en la feria había pocos productos a partir de fresas y no estaba muy bien organizada.

No sé si es la primera vez que se realiza esta feria, pero la ubicación no parece muy apropiada, tanto por los problemas de acceso, como porque probablemente la comunidad no es ubicada como la mayor productora de fresas de la zona.

Había pocos lugares de venta de fresas, tanto en fresco, como productos derivados o comidas y bebidas a partir de la misma y las que había se ubicaban de manera dispersa y desordenada entre la cantidad de productos no alimenticios que había en la feria.  Sería bueno que la organización de ésta actividad revise las fortalezas de otras ferias agroturísticas del país.

16 de marzo de 2015

La feria de la cebolla: la más urbana de las ferias agroturísticas

                                                              Autor: German Masís Morales.

La feria de la cebolla de Santa Ana es una de las ferias que se ha posicionado año con año en el calendario de ferias agroturísticas del país. Ubicada frente a la bella iglesia de piedra de Santa Ana y frente a la plaza de deportes atrae a una buena cantidad de visitantes de toda la Gran Area Metropolitana.

Esta feria, cada mes de marzo ofrece a los visitantes una buena cantidad de cebolla blanca y morada sobretodo en su presentación tradicional en trenza, convirtiéndose posiblemente en la feria que concentra su venta casi exclusivamente en su producto principal: la cebolla en fresco.

En la edición de este año, más de 22 puestos de venta de cebolla seca, competían por presentar una cebolla de buen tamaño y buena apariencia, que en pocos casos vendían además de cebolla ajos, ayote y naranja y sólo en un par de lugares cebolla procesada tipo chilera o en encurtido.

Junto a los puestos de venta de cebolla, se encuentran una buena cantidad de espacios de venta de artesanías, ropa, plantas y muchos lugares de venta de comidas tradicionales y comidas rápidas. Además de que comparte el espacio cercano con la feria del agricultor, la feria de la cebolla es como una gran fiesta comunal, que incluye actividades culturales y música, que alegra la estadía en ese caluroso cantón josefino.

Es probablemente la más urbana de las ferias agroturísticas, por su ubicación en pleno centro de Santa Ana, rodeada de comercios, oficinas bancarias y servicios. No obstante, es el espacio de encuentro de un grupo de productores de Salitral, la parte alta y zona rural de Santa Ana, los mayores proveedores de cebolla veranera del país.

Según uno de los productores, la feria representa la posibilidad de colocar una parte importante de la producción entre consumidores directos que llegan a buscar cebolla de calidad a un buen precio y adquirir cantidades que guardan para los meses siguientes.

Es una de las ferias mejor patrocinadas por empresas de la zona y por instituciones del sector agropecuario (incluso mantas ubicadas en la sede central Ministerio de Agricultura) lo que muestra un buen esfuerzo organizativo de los grupos de productores y del Centro Agrícola de Santa Ana.
Algunos de los visitantes indicaban que ir a la feria de la cebolla es un paseo veraniego que las familias efectúan para comprar una calidad de cebolla, que por lo general no se consume en los mercados y ferias convencionales.

Por la importancia que tiene, sería bueno que la feria estimule una mayor preparación y venta de productos procesados y comidas a partir de la cebolla, para que sea una feria de la cebolla no sólo en fresco, que recupere los diversos usos agroindustriales y culinarios de una de las hortalizas y condimentos más utilizados por la población.

Feria del Marañón, San Mateo

Crónica de German Masís, con aportes de Marvin Blanco.
La feria del marañón se realiza en San Mateo, Alajuela.  Es una feria pequeña, más cercana a un turno comunal, en la que se promociona el consumo de marañón, fruta típica de la zona de San Mateo, Esparza y Orotina. Se realiza en una calle a un costado de la plaza de deportes de la comunidad, a 100 m del parque y es organizada por la Asociación Cívica Matedeña.

En la edición 2015, había cuatro puestos donde se vendía marañón fresco y otras frutas de la región tales como caimitos, mangos, guanábana y otros. Además, dos puestos de productos derivados de marañón: marañón pasa, en almíbar, miel de marañón, empanadas, pan y cajetas de marañón, las tradicionales semillas de marañón y semillas confitadas. La mayoría de los productos son artesanales, en presentaciones y marcas locales (siempre me ha llamado la atención el porqué no se desarrollan más comercialmente los productos de  marañón).  Tenían también fresco de marañón, bebida sabrosa pero poco común.

En otros puestos (unos tres) se ofrecía artesanía local y luego había muchos puestos de comidas y bebidas. Música de cimarrona alegraba el ambiente, lo cual le daba el carácter de turno comunal.

 El parqueo en las calles aledañas era manejado por los estudiantes del Colegio local.

No conocía esta feria, pero me pareció que tienen un producto atractivo, el marañón, que si se mejora la presentación de la fruta fresca y se desarrollan más y mejores productos derivados (que incluyan el vino) y con presentaciones más atractivas, podrían atraer un público más amplio y posicionar esta  feria, como única en una comunidad pintoresca y agradable del Pacífico Central.

Tal como lo hemos señalado en otros artículos, estas ferias constituyen un espacio propicio para la promoción de los productos agropecuarios locales, la cultura y el turismo rural, pero requieren ser fortalecidas en aspectos de organización y marketing, para así lograr un mayor beneficio de de los productores involucrados y de la economía local.

Feria del Café en Frailes 2015

German Masís, investigador en agroturismo, 22 de enero de 2015

El pasado fin de semana visité la Feria del Café en Frailes de Desamparados, al sur de San José, donde pude disfrutar una verdadera fiesta con sabor y olor a café.  

Es un evento que cada mes de enero, convoca a la población local y de comunidades circunvecinas, para ofrecer un menú de actividades culturales y gastronómicas y una diversidad de productos alimenticios y de artesanías a base de café, que cada año satisface y sorprende al visitante.

Baste mencionar algunos de los productos como el licor y el ponche de café, el queque y los postres de café, los diferentes tipos y marcas de café de la zona y la artesanía de raíz de café, como los cuadros tallados, los pilones y los yugos, los collares, la bisutería y las pinturas de granos y paisajes cafetaleros.

En los comedores organizados por la Asociación de Desarrollo y la iglesia de la comunidad, se ofrecen las comidas y bebidas típicas para todos los gustos, sin olvidar degustar un buen café de la zona.

Entre los lugares que ofrecían productos y servicios de la zona, se encontraban dos que ofrecían tours por las fincas cercanas de café, con transporte y comida incluida.

Decidí tomar el tour a la “Finca y Centro Agroturístico Los Cedros” en la comunidad de Bustamante abajo, a unos 20 minutos del campo ferial. Se trata de una finca de café propiedad de la familia Garbanzo, de una extensión de 6 Ha, con árboles frutales, cítricos y banano criollo, así como animales de patio, en la que sus propietario brindan un recorrido por la finca, con la posibilidad de coger café, ver la producción  de dulce en el trapiche y la elaboración del bizcocho en horno de barro.
Esta familia ha dispuesto un comedor  para visitantes atendido por los hijos, donde se ofrecen comidas y bebidas, tales como el almuerzo de cafetal, olla de carne, tortillas y gallos de arracache elaboradas por e la misma familia y al final de la visita un café producido en el microbeneficio “La Violeta”.

De regreso a la feria, seguimos disfrutando de la alegría de los bailes populares y de los grupos culturales de la región, teniendo como marco un atardecer que invitaba a quedarse y a realizar un nuevo recorrido por los stands, para degustar el último café y el postre que había quedado pendiente en la mañana.

La feria de café de Frailes, definitivamente ha ganado en organización, en orden, con el uso de un brazalete de ingreso, suficientes lugares para el parqueo de vehículos y para comer y una diversidad de espacios de venta de productos, que muestran la creatividad de los lugareños y el deseo de satisfacer a los visitantes.

Esta  feria agroturística es todo una fiesta popular con sabor a café, en donde no queda duda que el café es el producto que dinamiza la economía regional.

Feria de la cebolla y la papa

La primera edición de la Feria de la Cebolla y la Papa se realizó en Tierra Blanca de Cartago, del 20 al 29 de setiembre de 2013,  bajo la organización de la Asociación de Horticultores del Irazú (ASHORI) y el Comité Comunal de Deporte y Recreación de Tierra Blanca, con respaldo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Municipalidad de Cartago, la Corporación Hortícola Nacional y el Colegio Universitario de Cartago (CUC).

La principal motivación para realizar esta feria es porque Cartago es la región más productora de papa y cebolla en Costa Rica, ya que ahí se cultivan unas 1.300 hectáreas de papa y 1.400 de cebolla por año, lo que representa el 89% de la producción nacional.

La feria se realizó en la plaza de deportes de Tierra Blanca, lugar que resultó muy apropiado por su topografía, espacio y distribución de las actividades. Los puestos de venta de hortalizas, flores, productos procesados y comidas se instalaron bajo una gran carpa que protegió a los  productores y visitantes de la llovizna y el frío que son característicos de la zona alta de Cartago, mientras los juegos mecánicos, la exhibición de maquinaria y vehículos y la tarima para las presentaciones artísticas se ubicaron  en la parte exterior de la carpa.

Había bastantes puestos de venta de papa, cebolla, flores, hortalizas y artesanías, así como  puestos de comida, aunque se extrañó la poca oferta de platos a base de papa y cebolla, así como de conservas de estas hortalizas. El programa cultural, bastante nutrido, generó un bonito  ambiente para los visitantes. También, se ofertó un tour en carreta de bueyes en los alrededores de la plaza. El balance para este feria, en su primera edición, es muy positivo, estuvo bastante cercana lo que creemos debe ser una feria agroturística.

Como recomendaciones para mejorar futuras ediciones de esta feria, está el ofertar una mayor cantidad de comidas,conservas, pan y otros productos que incluyan a la papa y la cebolla como ingredientes, quizás se podría organizar un concurso de platos y ofrecer los mejores ofrecerlos al público. También se podría aumentar el número de expositores para llenar el espacio ferial y atender las distintas motivaciones de los visitantes. Se podría agregar exposiciones sobre aspectos agronómicos de la papa y cebolla, además de pintura, fotografía y escultura, siempre en relación con los productos de interés de la feria.

Por último, hay que mejorar la señalización de acceso a la comunidad (para evitar las presas) y ampliar las áreas de parqueo. 

La Feria del Queso de Santa Cruz de Turrialba: los vaivenes de su permanencia

     German Masís, investigador en Agroturismo, 17 agosto 2014

La feria del queso de Santa Cruz es una de las ferias agroturísticas más antiguas y reconocidas del país.  En sus inicios se realizaba en la plaza de deportes de la comunidad con mayor participación de productores de queso y probablemente con menos organización de las áreas dedicadas a la venta de queso, de las áreas de comidas y ventas complementarias, menor divulgación, pero mayor congestionamiento de vehículos en la vía principal del lugar.

En esa primera etapa, se lograba una mayor participación de los diferentes grupos comunales en conjunto con la organización de productores, en una verdadera feria comunal con la que se identificaba la mayor parte de la población.

Posteriormente la separación de los intereses de la organización productiva (la Asociación de Productores Agrícolas) de las demás organizaciones comunales, el manejo asumido exclusivamente por la Asociación y una orientación más comercial de la feria, provocó la salida de la misma de la plaza del lugar y la ubicación en una finca alquilada a 4 km al oeste del centro de Santa Cruz.

Esa nueva ubicación, en un área de mayor tamaño, que incluía una mejor ubicación de las diferentes áreas de venta de los productos y de comidas,  presentación de actividades culturales, exhibiciones ganaderas y de equipo y un espacio más amplio para el parqueo, le dieron a la feria una proyección importante, favorecida por una muy buena divulgación en los medios de comunicación.

No obstante, durante esa etapa, la reducción en el número de productores participantes, el alejamiento de la misma comunidad por la distancia del evento y el costo del alquiler de la finca, fue convirtiendo la actividad en una feria turística de comidas y música, con cada vez menos ventas de queso, a la que los visitantes seguían acudiendo más por tradición, que por su representatividad  del producto principal de la zona.

En la perspectiva de los grupos comunales siempre estuvo la posibilidad de volver a organizar la feria en la plaza del lugar en su formato de feria comunal e incluso hubo un año en que se organizaron simultáneamente dos ferias, una en la plaza de deportes y la otra impulsada por la Asociación de productores en la finca fuera de la comunidad en la que se había realizado por varios años.
Lo anterior podría no ser problema, si se hubiera mantenido una participación creciente o regular de productores de queso y se ampliara la oferta de comidas a partir de este producto, en relación al número de lugares de ventas de comidas diversas y de productos elaborados fuera de la comunidad que ha venido prevaleciendo en las ferias más recientes y que tiende a desvirtuar el espíritu y los propósitos originales de la feria.

En la actualidad la feria se organiza nuevamente en la plaza de deportes, como una feria comunal, con la participación de más de 30 espacios de venta de ropa y artesanías y más de 20 espacios de venta de comidas diversas, pero con sólo 7 espacios de venta de quesos y otros derivados lácteos y 2 espacios de comidas que utilizan el queso como ingrediente principal.

Los productores de queso (Las Virtudes, Montelimar, Prolaso, La Finca, El Torito, Santiesteban y Le Chaudron), son empresas que poseen plantas semi-industriales y que ofrecen una gran variedad de quesos pasteurizados, como el queso Turrialba, semiduro, para freír, quesos maduros con y sin especies o chile picante y tipo francés, queso palmito, mozzarella y gouda y  otros derivados lácteos como natilla, yogurt, ponche, que los presenta como empresas lácteas muy especializadas.

Aunque es importante mostrar el avance de la agroindustria láctea de Santa Cruz, algunos visitantes comentaban que el queso tierno artesanal es el que menos se vende en la feria y la razón por la que no hay espacios de venta para las queserías artesanales dedicadas a la producción de éste queso, el más representativo de la zona alta de Turrialba.

La participación de las queserías resulta limitada, si consideramos la gran cantidad de productores artesanales que existen en la zona, los cuales han ido quedando relegados de la convocatoria de la feria.  Igualmente, la elaboración y promoción de comidas elaboradas a base de queso, son muy escasas y no ha permitido consolidar un menú y un recetario que sea un atractivo adicional para los visitantes.

La feria del queso se ha mantenido, pero sus vaivenes la han debilitado como actividad agroturística dirigida a promover la producción local de queso (máxime luego de haber alcanzado la denominación de origen), así como la difusión de comidas que utilizan este producto.

La feria ha ido perdiendo el carácter participativo e inclusivo, que en sus inicios buscaba  potenciar una forma de producción muy propia y beneficiar a la mayoría de los productores de la zona, mientras que ahora al menos  logra recordar a los visitantes que hay una feria anual del queso.