Por German
Masís M. y Marvin Blanco M.
La cuarta edición de la Feria del Gustico Costarricense, se realizó entre el 17 y 19 de abril en la
Antigua Aduana, convocando cerca de 300
pequeñas empresas, bajo el slogan ¡Lo
mejor de nuestro mundo Rural¡. Esta feria, inspirada en la Expomundo Rural de
Chile, puede considerarse la reina de las ferias agroalimentarias del país, por
el tamaño, la gran cantidad de público que asiste y por celebrarse en la
capital.
Organizada
por el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Sector Agroalimentario,
además del ICT, el INA, el INAMU y el Ministerio de Cultura, la feria incluyó
una atractiva exposición y venta de productos agroindustriales, artesanales y
de servicios de turismo rural, junto a actividades gastronómicas, actividades
culturales y de entretenimiento para adultos y niños.
En
los stands de la feria, se pudo degustar y comprar productos de la
agroindustria rural, como café Triple A de la Asociación de Productores
Agropecuarios de Acosta y Aserrí, café Cerro Biolley elaborado por la
Asociación de Mujeres Asomobi, dulce granulado La Pailita de la Familia Alpízar
de Jaris de Mora o miel de abeja
Dulcenina de la Familia Vargas de Tabarcia de Mora. También chocolates de la Asociación de Mujeres Amazilia del
Caribe de Guácimo, vinos Don Julián de Pérez Zeledón y mermeladas de frutas,
del grupo Ambrosía de Cañas, Guanacaste.
Los
quesos no faltaron y se pudo degustar los quesos Muva de Los Chiles, así como
otros quesos procesados y maduros, además de productos congelados Doña Grace,
de Santiago de Paraíso. En panificación y repostería, las tradicionales
rosquillas Zoraida de productoras de Filadelfia, Guanacaste o productos diversos
de Panadería María Auxiliadora de Pacayas de Cartago.
Junto
a la oferta de agroindustria rural, se presentaron productos de agroindustria
urbana , como las mermeladas de frutas J y M ubicada en Calle Blancos,
panificación Fargo, de la empresa Konig de Barrio México, repostería Jomar, de
la empresa Geback, ubicada en Ochomogo y hasta las tradicionales jaleas
Tricopilia de San José.
Además,
de los productos alimentarios estuvieron presentes pequeñas empresas que elaboran cosméticos y
productos para la salud, así como productos de la artesanía en madera, cerámica
y cabuya. Igualmente, fue abundante la oferta de comidas típicas.
Entre
la oferta de turismo rural, se encontraron ofertas como el ya tradicional Nacientes Palmichal en
Acosta, Colinas Verdes de Zapotal de
Miramar de Montes de Oro y Las Hornillas en la Fortuna de Bagaces, Guanacaste,
entre otras. En general, se observó mucho café, salsas y encurtidos, poca diferenciación y solo
algunos productos novedosos; asimismo, la oferta
turística fue escasa y poco atractiva en cuanto a la información entregada.
La
Feria del Gustico, es probablemente una muestra de los productos
agroindustriales y los servicios turísticos rurales que las organizaciones y
microempresas elaboran y ofrecen en todo el país. Es una iniciativa valiosa de gran afluencia,
que podría incluir una cantidad mayor de productos de la agroindustria rural,
así como de comidas y recetas tradicionales muy apreciadas por los asistentes
del área metropolitana del país. Se debería limitar la participación de empresas
con productos ya establecidos en los mercados.
Es evidente el éxito de esta feria pero el recinto se quedó pequeño para
esta feria y los organizadores deberán pensar en estrategias para manejar tanto
público, porque es hasta peligroso concentrar tanta gente en un lugar cerrado.
Se podría, por ejemplo, extender la feria por dos semanas, cobrar una cuota
módica o trasladarse a una calle o campo ferial. También, se podrían incluir más actividades simultáneas
que permitan distribuir los visitantes de modo que mientras unos estén comprando
otros están observando espectáculos o exposiciones.
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