Los días 10 y 11 de julio se realizó la
Expoferia del Café en el campo ferial Pedregal en San Antonio de Belén. Esta
feria muestra el aumento de las ferias comerciales en el país y en particular
de las ferias ligadas a la actividad cafetalera en los últimos años.
El año anterior habíamos estado en la Expoferia
del Café en la Antigua Aduana y en esta ocasión asistimos a una feria más
pequeña que la realizada en la Aduana, pero con participación de los distintos
sectores que impulsan la oferta innovadora de productos del café.
Esta feria convocó en efecto a empresarios del
café, pequeños y medianos, a pequeñas empresas que elaboran productos derivados
del café y otros productos asociados, a productores de insumos y equipo y a
pequeños artesanos de productos diversos.
Un primer aspecto que llamó la atención es el
lugar, el costo de la entrada y la organización del evento. La feria se ubicó en
uno de los módulos del campo ferial de Pedregal, al lado de una convención
internacional; el costo del parqueo y la entrada a la expo parecía un poco alto,
mientras la organización interna era adecuada, con stands rotulados, bien
dispuestos para el recorrido de los visitantes y una tarima principal para las
presentaciones temáticas y musicales.
La cantidad de stands no era muy grande y el
número de ellos dedicados a la presentación, degustación y ventas de diferentes
tipos de café no eran abundantes. Se distinguían los stands más amplios de las
empresas medianas como Café Rey, café Britt y las cooperativas CoopeDota,
CoopeTarrazú y CoopeVictoria, con sus marcas, tipos y calidades de café.

En la feria también se presentaron empresas
innovadoras en la presentación y empaque de café instantáneo y soluble, como
Coffee Shot y Café Infusión, empresas de empaque, de equipos para elaboración
de café, de productos para acompañar el consumo de café, de mermeladas de café
y un stand de productos de cacao.
También había empresas de insumos agrícolas, artesanías en madera,
orquídeas, dos asociaciones de baristas y dos ONGs internacionales que apoyan
los grupos de mujeres involucrados en la producción de café, sin faltar la
revista El Cafetalero.
En definitiva, se trataba de una muestra de las
diversas organizaciones y entidades vinculadas a la actividad cafetalera, con
una regular afluencia de visitantes, que disfrutaron de los distintos tipos y
preparaciones del café de diferentes zonas del país, evento que confirma que
esta actividad es muy innovadora y especializada.
Un problema que veo en estas ferias de café es que participan las mismas empresas con los mismos productos. Se ve poca innovación en cuanto a tipos de café, empaques, equipos, etc. Igualmente, la oferta de productos derivados de café es poca y de escasa calidad, hay que mejorarlos bastante. Tal vez se podrían ofrecer cursos de cata, de barismo, tours virtuales, degustaciones de cafés con bocadillos y hasta un concurso de pastelería. En fin hay que innovar...
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