German Másís; Marvin Blanco
La Feria del Gustico
es una megaferia organizada por un conjunto de instituciones estatales, tales como el
Ministerio de Agricultura y Ganadería, el Instituto Costarricense de Turismo, el Instituto Nacional de Aprendizaje, el Ministerio de Cultura y el Instituto de
la Mujer, que tiene como objetivo “promover la comercialización de productos
agroindustriales, artesanías y servicios turísticos”, pero que probablemente
puede ir más allá de ese propósito, ya que contribuye a dar a conocer diversos
productos y servicios regionales, a evidenciar algunos resultados de la
innovación y promover la gastronomía nacional.
Con respecto a la
edición anterior, se aplicaron algunos cambios en la ubicación de los stands y las
actividades culturales que mejoraron la dinámica del evento. En esta ocasión, los stands se distribuyeron por
regiones, lo que permitía reconocer los productos y servicios turísticos de las
distintas organizaciones rurales participantes. Por su parte la tarima de eventos culturales se trasladó al patio con lo que se ganó espacio en la nave
central para la colocación de stands y circulación de los visitantes.
En cuanto a las
novedades de productos, se observó una mayor oferta de productos diferenciados o
tipo gourmet, en carnes, lácteos, panadería y repostería, cafés finos, vinagres
y cremas de frutas, así como una mayor participación de empresas de turismo
rural. Un aspecto significativo, fue la promoción de productos novedosos que
por su composición nutricional o su presentación pueden diversificar la
gastronomía nacional.
En definitiva, la Feria
del Gustico es un gran montaje institucional, que ofrece una muestra de los
productos y servicios que se producen regionalmente, a un público numeroso que
busca nuevos y variados productos en un lugar que se ha hecho pequeño. Entre
los aspectos a mejorar está el limitar la participación de empresas urbanas o
empresas con mercados ya establecidos
para las cuales hay otros espacios, por ejemplo, la Feria de la PYMES.
Además, se debe mejorar la presentación de los stands (la mayoría muy básicos),
aumentar la oferta de comidas y controlar de alguna manera el ingreso masivo de
personas para reducir la aglomeración y hasta evitar el robo de productos.
Quizá esta
iniciativa podría complementarse con un ciclo de ferias regionales y un salón
anual de estímulo a la innovación y a la gastronomía.
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