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13 de junio de 2018

Transformaciones de la economía y la sociedad rural costarricense

German Masís.
El medio rural costarricense se transformó.  Progresivamente, la imagen tradicional de un país agrario ha dado lugar a un escenario multifacético en el que la diversidad y complementariedad de las actividades económicas dan cuenta de las transformaciones que han sufrido los territorios rurales, vinculadas tanto a las actividades agroexportadoras, como a la consolidación de un segmento de agricultura familiar inserta en los mercados dinámicos, al desarrollo de micro y pequeñas empresas agroindustriales y a la transformación del espacio rural ligado al uso de los recursos naturales y al paisaje.
En la actualidad, lo rural se integra definitivamente con lo urbano, aunque a veces de manera contradictoria y conflictiva, las reformas económicas y la apertura comercial han definido una nueva economía rural y la sociedad rural es más diversa y heterogénea, tiene nuevos actores y se encuentra muy ligada a la naturaleza en los territorios rurales.

Se han dado transformaciones que marcan una nueva etapa en el desarrollo de los espacios rurales, fase en la que ya no se puede concebir a éstos como sinónimo de atraso o como regiones determinadas exclusivamente por procesos agrícolas. Se ha producido la conformación de un nuevo modelo de organización social, económica y ambiental y con él de un nuevo paradigma acerca de los espacios rurales y sus posibilidades de desarrollo.

En el proceso de surgimiento del nuevo escenario rural en las últimas décadas, se encuentra la articulación de tres  dimensiones: la relación entre la sociedad rural y la naturaleza, el surgimiento de nuevas relaciones sociales y nuevos actores  y la redefinición de las relaciones urbano-rurales.

La relación entre la sociedad rural y la naturaleza, se ha definido a partir de que las formas de uso de los recursos naturales han pasado de privilegiar la producción de bienes primarios a una multiplicidad de posibilidades, donde se destacan la valoración y aprovechamiento de nuevos productos y servicios, la conservación de la biodiversidad y la utilización de fuentes renovables.

Las relaciones sociales y los lazos interpersonales, establecen un desplazamiento de la relativa homogeneidad que caracterizaba a las comunidades rurales, hacia una creciente heterogeneidad y a una disolución de los lazos de solidaridad que en el pasado eran el rasgo de la ruralidad.  Lo anterior ligado al surgimiento de nuevos actores sociales, nuevos vínculos y a una difusión de la información que genera una relación de proximidad con espacios y ámbitos muy diversos que impactan la cultura rural.

La relación con las ciudades, ya no se basa en el intercambio de productos primarios, sino que da origen a tramas territoriales complejas y multifacéticas, con diferentes mecanismos de articulación constante de productos físicos y servicios y entre los mercados de trabajo.  Los territorios rurales ya no son, como en el pasado, simples exportadores de recursos, sino también una fuente de atracción e intercambio de bienes, ingresos y pobladores urbanos.  En síntesis, ya no tiene sentido tratar lo rural como opuesto a lo urbano, ahora se encuentran articulados de manera indisoluble y son parte de una misma conformación territorial.

Lo rural ya no está vinculado  a un sector, a una actividad productiva o a comunidades dispersas y atrasadas, sino a un territorio y una población, con una amplia dotación de recursos y con una diversidad de actividades que generan oportunidades y relaciones que trascienden el territorio y crean vínculos con las ciudades y la sociedad nacional.

El giro hacia el abordaje territorial implica, la valoración de las nuevas ventajas comparativas del territorio, como la explotación del potencial paisajístico y productivo de la biodiversidad, los nichos de mercado de productos con identidad territorial orientados a segmentos promisorios de consumo urbano y la explotación de recursos y servicios no relacionados con la agricultura, expresión de la intersectorialidad y la articulación de los diferentes sectores de las economías locales.

El surgimiento del abordaje territorial, la nueva economía rural, la relación con la naturaleza y el cambio climático y la vinculación del medio rural con las áreas urbanas, demandan la creación de una nueva agenda rural y el impulso de investigaciones novedosas sobre el nuevo escenario rural.

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