El programa de actividades incluyó una demostración de métodos de barismo, clases de zumba, conciertos con grupos musicales de la zona, inflables, pintacaritas, una carrera recreativa de ciclismo de montaña y un concurso de pica de leña.
La asistencia se puede considerar como muy buena y la oferta de productos, así como de actividades culturales era aceptable. Numerosas empresas (cooperativas y micro-beneficios) ofrecían degustaciones de café en sus distintas presentaciones, así como venta de café en grano o molido, de lotes y obtenido bajo procesos de lavado, natural, honey o secado al sol. En general, los expositores presentaron innovaciones y el uso de empaques atractivos tales como el tipo zipper.
No obstante, para los visitantes del área metropolitana, el viajar cerca de 150 km hasta San Marcos de Tarrazú para comprar café o comer algún plato típico, no justifica el viaje. Hacen falta más actividades de tipo cultural y de demostración de diferentes procesos relacionados con la caficultura. También, hay que ampliar las áreas de parqueo y mejorar la circulación vial. La ubicación de la Feria en un campo más apropiado para este tipo de eventos, es una tarea pendiente para los organizadores. En todo caso, es una feria que en solo tres ediciones ya se ha consolidado en el calendario de eventos de corte agroalimentario del país.
