German
Masís Morales

“Esta
es la forma cómo la institucionalidad responde para apoyar a los productores en
el escenario que nos impone la pandemia por COVID-19. Estas oportunidades son
muy valiosas, porque no se trata solo de vender hoy, sino de alcanzar alianzas
que nos permitan una relación fortalecida y un mejor conocimiento entre la
producción agrícola primaria y la agroindustria para negocios futuros”, declaró
el Ministro.
En
tanto, el Presidente reafirmó el compromiso de su gobierno de apoyar a los
productores al máximo, para lo cual “estamos trabajando duro en mejores
condiciones de créditos, acceso a la tecnología y al valor agregado para llegar
a mejores mercados” (ElPaísCr,1-6-2020).
Ante
estas manifestaciones de las autoridades del Gobierno actual, nos preguntamos si
estas acciones introducen cambios importantes en la producción y en el comercio
agropecuario y si se está aprovechando la coyuntura de la pandemia del covid-19
para impulsar una transformación de la actividad agrícola y agroindustrial, de
los sistemas de producción o de la participación de los distintos sectores
involucrados en dicha actividad, pero la respuesta es que no.
La
política sectorial agrícola sigue enfatizando en el crecimiento de la
producción, en el mejoramiento de la productividad, en el aumento de la
agroexportación y en la adopción de nuevas tecnologías. El monocultivo de
exportación en manos de grandes empresas por su aporte a la generación de
divisas, sigue siendo el eje del modelo agropecuario nacional.
Esta
política agraria alternativa deberá estar centrada en la promoción de una
agricultura más sostenible, en el apoyo a la innovación a partir de los
recursos de la finca, en el fortalecimiento de la pequeña producción agrícola y
la microempresa agroindustrial familiar, en el impulso de sistemas de comercio
de mayor vinculación entre productores y consumidores y en el acceso a una
oferta de productos más sanos, saludables y con identidad territorial.
Esta
política agraria deberá estar dirigida claramente al mejoramiento de la
producción agrícola y agroindustrial para el mercado interno y debe incluir
acciones sobre innovación tecnológica, gestión de servicios agrícolas locales,
comercialización justa e incluyente, financiamiento alternativo, sistema de
riesgo agrícola, desarrollo agroindustrial rural y apoyo a la seguridad y
soberanía alimentaria.
El eje
central de la propuesta de política agraria alternativa, es el mejoramiento de
los procesos productivos y comerciales para el mercado interno, mediante la
reactivación de los servicios que ofrece la institucionalidad pública del
sector agropecuario con la participación proactiva de los diferentes actores:
campesinos, pequeños productores, cooperativas agrícolas, centros agrícolas
cantonales y microempresas agroindustriales y agroturísticas.
Los
propósitos de la misma serían:
Contribuir
a cambiar las políticas agropecuarias y rurales para que respondan a las
necesidades del pequeño agricultor, el microempresario agroindustrial y la
población de las comunidades rurales
Impulsar
una transformación de la actividad agropecuaria nacional, hacia una más
sostenible e incluyente, mediante una innovación apropiada y creativa
generadora de buenas prácticas y menos dependiente de recursos externos.
Apoyar
decididamente la producción agroalimentaria para el mercado interno, que
garantice el abastecimiento continuo de productos sanos y de calidad, la
ejecución de mecanismos de comercio directo y justo y que favorezca la
apropiación de recursos por parte de los productores.
Entre
las acciones estratégicas para el cambio estarían:
1.Promover
la innovación y el desarrollo de tecnologías sostenibles
2.Mejorar la gestión de servicios de apoyo agropecuario y rural que ofrece el Estado
3.Adecuar y dinamizar el sistema de comercialización de productos agrícolas para el mercado interno
4.Democratizar efectivamente el acceso al crédito de la pequeña producción y la microempresa
5.Establecer un sistema de seguros y de cobertura del riesgo de la producción agrícola
6.Fomentar el desarrollo de la agroindustria rural y del valor agregado de las actividades agropecuarias
7.Apoyar la aplicación de una ley marco de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional
2.Mejorar la gestión de servicios de apoyo agropecuario y rural que ofrece el Estado
3.Adecuar y dinamizar el sistema de comercialización de productos agrícolas para el mercado interno
4.Democratizar efectivamente el acceso al crédito de la pequeña producción y la microempresa
5.Establecer un sistema de seguros y de cobertura del riesgo de la producción agrícola
6.Fomentar el desarrollo de la agroindustria rural y del valor agregado de las actividades agropecuarias
7.Apoyar la aplicación de una ley marco de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional
Una
política agraria alternativa debe responder a la necesidad histórica de la
transformación productiva del agro costarricense, que sea sostenible,
equitativa e incluyente y que incorpore el otro eje del desarrollo hasta ahora
abandonado, como es la producción para el mercado interno, la cual garantiza la
producción de alimentos, el empleo de la población rural, la conservación de la
biodiversidad y el arraigo de la población en las comunidades rurales.
Las
acciones actuales dirigidas a promover el comercio virtual de productos, el
plan anunciado para apoyar la producción de granos básicos y la recomendación
del Ministro de Agricultura para que se consuman los productos que el país
produce, no vendrán a resolver los problemas estructurales de la producción y
el comercio agroalimentario del país. Por lo que no se vislumbran grandes
cambios en la realidad de la agricultura costarricense luego de la pandemia.
Fuente: Artículo
publicado originalmente en el portal Surcos digital.com. Disponible en https://surcosdigital.com/aprovechar-la-coyuntura-del-covid-19-para-impulsar-la-transformacion-del-agro/
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